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lunes, 25 de julio de 2011

♥ ♥ ♥ CAMINANDO EN EQUILIBRIO ♥ ♥ ♥



Al final uno termina comprendiendo que en nuestras interacciones con los demás, y cuando te posicionas tomando contacto con tu realidad, cuando tomas ese espacio de poder que es el verdadero centro de tu Vida, nunca se trata del otro, siempre se trata de uno mismo… o incluso, para ser más exactos, todo está al final “a tu servicio”, apoyándonos a modelar y desentrañar esa gran talla que todos llevamos dentro…


Tengo que partir de la base que no todos tienen el mismo grado de conciencia de sí mismo, no tienen el mismo nivel evolutivo y la persona que es más lúcida y sensible , es normal que a lo largo de mucho tiempo en su vida, (desde los patrones internos heredados y adquiridos y los patrones y condicionantes externos); al objeto de no sentirse excluido por "diferente", haya sentido durante bastante tiempo, la necesidad de "narcotizarse" y tratar de ser como los demás..., de ahí las experiencias vitales tan "increibles", "desastrosas", pero aleccionadoras, que muchos han atravesado y están atravesando.

Llega un momento en el camino, que uno se DA CUENTA, que simplemente nació con "una dimensión más", cosa que no le hace mejor a los demás, al contrario le añade mayor complejidad en contenidos "psicológicos", o ego que limpiar. Cuando veo el ego desde este ángulo no lo veo como un enemigo, sino como un compañero de viaje al que continuamente he de preguntar ¿Y a tí que te pica? el dará mucha información si empleamos el discernimiento, acerca de nuestra verdadera naturaleza.

El precio de peaje para el transitar de muchos, durante un gran tramo del viaje es la SOLEDAD. ¿Como puede un cuadrado comprender el sentir de un Círculo? y uno se siente muchas veces como diría Mafalda: "Justo a mi me toca ser YO".

Pero tomar conciencia de uno mismo, de su nivel, de su complejidad, implica básicamente más que un orgullo, toda una RESPONSABILIDAD.
Una responsabilidad para no desperdiciar, para no ofrecérsela de alimento al ego (nuestro poder de "ser especial") y aquí sin que nadie nos lo enseñe, muchos emprenden un camino de auto-aprendizaje, de auto-educación, de evaluación continua, que permita asumir el propio nivel evolutivo sin que ello implique arrogancia.

Es preciso una revisión permanente de sí mismo, un trabajo diario con la propia complejidad para ejercer la virtud más preciada en este trabajo: DISCERNIMIENTO. Discernimiento para distinguir intuición de imaginación, sensibilidad de susceptibilidad neurótica, apreciación de sí mismo de arrogancia, compasión legítima hacia el otro de jactancia de "ayudar para sentirse más que el otro". Desarrollar una mente inquisitiva y cuestionadora, siempre al servicio de la Verdad.

En esta andadura la persona "sensible" cuando encuentra ahí fuera alguien al que se siente afín,(y cansado de ejercer de Circulo solo e incomprendido) corre el riesgo de atraer a su vida y desarrollar vínculos de extrema dependencia...

Aquí de nuevo se hace preciso el discernimiento para saber elegir cuándo, cuánto y con quién.

Independientemente de lo que uno cree, piensa y conceptualiza, hay señales, tensiones, angustias, malestares, un NO de tu cuerpo que hay que atender. No somos inagotables, ni perfectos y si damos más de lo que podemos dar nos lastimamos a nosotros mismos y confundimos al otro.

La mente te hace erróneamente creer que al volverte "más espiritual", has de ser más tolerante, permisivo y desafectado... y realmente terminas comprendiendo que eso no es así; todo lo contrario, por una cuestión energética, tu sistema se refina tanto, que ante determinadas energías densas, tu tolerancia es cero y además es sano y pertinente que sea así...

Por un lado considero que en este camino, a veces, hay que cerrar puertas detrás de nosotros, no estamos obligados a permitir acceso a todos en nuestros espacios, uno ha de anteponerse por una cuestión de amarse a sí mismo y ha de nutrirse conscientemente para poder seguir evolucionando. Podemos amar a las personas pero si su energía drenan las nuestras y nos arrastran hacia abajo, es preferible dedicarle el menor o ningún tiempo.

Hay que establecer límites saludables y para ello el termómetro que lo indica es la incomodidad y cierto nerviosismo ante ciertas personas..., la invitación claramente es a salir pitando e instalarnos en nuestros espacios, en los que realmente nos sentimos a gusto.

Otro escenario que implica establecer límites, se relaciona con los que están buscando luz, pero quieren obtenerla de otra persona en lugar de "conectarse" a la Fuente y obtenerla vía interior. De esta manera la persona que porta más luz (en ningún caso es cuestión de ser mejor) se sentirá agotada, usada, manipulada y querrá huir..., una estará felizmente "alimentada" y la otra extenuada e incómoda. Mientras más luz encarnamos más atraemos a otros y esto crea una situación que requiere mucha lucidez, discernimiento, integridad y comprensión para establecer los límites sanos y necesarios, pues ahí está tu niño interior herido y aburrido que con los mecanismos del ego se pone manos a la obra a querer salvar al otro en lugar de centrarse en su propio proceso..., la trampa es perfecta.

A veces para mantenernos cuerdos y seguir en la vía del Amor, en nombre del Amor hay que decir ¡NO!. A veces hay que dejar ir el apoyo y permitir que a los demás "les duela", siempre es más aleccionador para el otro caer para comprender... que como dice el refranero popular español que tanto me gusta "Nadie escarmienta por cabeza ajena" (y es como tiene que ser). Salvar no tiene cabida en el Amor, solo sirve para negarle al otro su legitima experiencia de crecimiento y expansión.

Uno puede alumbrar el camino pero no hacer nuestro el viaje del otro.

Algunos necesitan tocar fondo antes de despertar, por tanto salvarlos y apoyarlos es simplemente posponer la tan necesaria caída. Sostener con nuestra energía de apoyo solo servirá para prolongar la existencia de lo que necesita caer para poder comprender e integrar.

De ahí la lección que muchos atraviesan en cuanto a poner límites:

¿Soy realmente generoso cuando permito sentirme avasallado, suscionado emocionalmente?. Creo que aunque espiritualmente somos uno, en lo personal si me pierdo en lo del otro, si interfiero en lo del otro, dejo de cumplir con mi verdadera responsabilidad de reinar en mi propia vida, dejo de tener potestad en ella; de ahí mis dudas, mi malestar, mi ensombrecimiento, pensando que tengo que seguir dando y dando ya que la mente me dice que eso es lo “amoroso y espiritual”.

La lectura a la hora de poner límites es: “Esto es lo que el otro quiere, pero esto es lo que yo elijo para mí, y soy humana, tengo derecho a equivocarme reiteradamente, estoy ensayando algo que no sé hacer, puedo poner el límite mal, de más, o a quien no hace falta, en el momento inapropiado, de modo no tan justo, pero es necesario que me permita el posible error para re-elaborar luego unos límites más reales, más sanos en mi vida que me hagan sentir bien, y no por angustia y temor retroceder, cediendo a lo que yo no quiero…

Todo lo que acontece al respecto, habla de encontrar verdadero equilibrio en nuestro interior, se trata de encontrar paz y de no dejarnos descarriar por la negatividad que está alrededor, enganchando seguramente con la que hemos de experimentar (ya que también está en nuestro interior), para poder liberarla en aras del bien común.

En cierto sentido se trata de soltar al Mundo, pero por otro lado sé que significa también estar abierto a él; Jesús nos dijo: “Estad en el Mundo, sabiendo que no sois del Mundo”; mientras tanto yo creo que hay que Estar en el Mundo, Experimentar el Mundo y Ser el Mundo para poder al final trascenderlo, comprendiendo que no Somos de El…

Ahora el reto que se presenta es como abordar la Alta Sensibilidad (energía ésta femenina en todos). Todos nos estamos volviendo cada día más sensibles, nuestros corazones se están abriendo y como efecto colateral también asimilan sentimientos y emociones negativas de aquellos que nos rodean…; esta Alta Sensibilidad, a veces la experimentamos como una carga, a veces uno siente que absorbe tanta negatividad que terminamos exhaustos, agotados y deprimidos.

Abrir el corazón, desarrollar el lado femenino, ser receptivo y abierto a las energías que nos rodean, es parte del desarrollo que muchos atravesamos; pero considero que también se hace necesario encontrar en todo esto el EQUILIBRIO, utilizando el lado masculino; pero no a la antigua usanza (poder, competitividad, agresividad, ataque, lucha, huida), sino la energía masculina más elevada. Creo que tiene que ver con lo que muchos atraviesan ahora, con establecer límites sanos alrededor y con ser muy determinados acerca de lo que queremos y no queremos que entre en nuestro campo de energía.

El reto por tanto se convierte además en estar abiertos para ofrecer lo mejor de nosotros, cuando nos lo soliciten, pero por otro lado saber decir no, cuidarnos bien, para poder seguir avanzando en equilibrio.

La sabiduría del Corazón también nos dice que cuando alguien “nos provoca” y nosotros reaccionamos decepcionándonos y/o enojándonos, en realidad hemos “elegido” el deseo de recibir y eso conlleva que el juicio domina la misericordia. Elección por otro lado muy justa y humana en el aprendizaje, ya que también se trata de encontrar balance entre el Dar y el Recibir, sólo que el deseo de "recompensa inmediata", está robotizado también desde las necesidades de la mente, y al final aprendemos a Ver y a Sentir desde el Corazón que ya al TENERTE, en el mismo goce de Dar estás también recibiendo.

Cuando somos conscientes (no perfectos) en elegir misericordia en lugar de juicio, también es una opción que nos empodera. Esto no se trata de ser una “persona espiritual”, o hacer lo correcto, sino que se trata de que sabes que yendo hacia delante, cuando necesitas el poder de eliminar el juicio de tu vida y de la vida de los demás, ese poder estará también ahí en tus manos.

Con todo mi Amor,

Ananda